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viernes, 22 de noviembre de 2013

Trabajo de La Eneida (Libro II)


    




Trabajo del segundo libro de la Eneida:



ENEIDA: LIBRO II

ÍNDICE:

     1. Descripción que hace Virgilio del físico y del carácter de Eneas: rasgos más relevantes para el objetivo que persigue el autor en esta obra.


    2. En el relato de la caída de Troya aparecen personajes troyanos y griegos; haz una lista de los personajes de cada bando que tuvieron algún protagonismo en este libro y explica brevemente su historia.


3.  Busca alguna imagen de obras de arte antiguas o contemporáneas sobre las siguientes escenas que nos narra Virgilio en este Libro II y escribe debajo de cada ilustración los versos (entre cinco y diez líneas) del libro II de la Eneida que se correspondan lo más fielmente con la imagen.

·         Eneas contando el relato a Dido sobre la caída de Troya.
·         Construcción del caballo de madera.
·         Caída de Troya/incendio de Troya.
·         Muerte de Laoconte.
·         Muerte de Príamo.
·         Huida de Eneas con su padre en los hombros, los Penates y Ascanio de la mano.





1.     Descripción que hace Virgilio del físico y del carácter de Eneas: rasgos más relevantes para el objetivo que persigue el autor en esta obra.

En su obra Virgilio hace destacar la gallardía y bravura del piadoso Eneas, describiéndole como un luchador nato que no se rinde ante las adversidades que se le presentan, y perseverando para conseguir los objetivos propuestos.
Se le describe como un guerrero fuerte cuya fama llega a los cielos, justiciero,  el más valeroso, el más piadoso, el más grande de los hombres de la guerra  
También se muestra pasional al recordar con anhelo los duros momentos de la guerra, la gente que pereció en ella y el dolor que le causó.


2.     En el relato de la caída de Troya aparecen personajes de cada bando que tuvieron algún protagonismo en este libro y explica brevemente su historia.

Ulises: fue uno de los héroes legendarios de la mitología griega que aparece como personaje de la Ilíada y es el protagonista y da nombre a la Odisea. Apodado “el astuto”. Era rey de Ítaca y esposo de Penélope. Tras la guerra de Troya y de vuelta a su tierra natal, tuvo que enfrentarse a innumerables desventuras por haberse negado a realizar un sacrificio en honor a los dioses. La idea de la construcción del caballo de Troya fue suya.

Príamo: rey de Troya, padre de Héctor y Paris (entre otros) e hijo de Laomedonte y de la ninfa Estrimón. Muere a manos de Pirro/Neoptólemo, hijo de Aquiles, durante la caída de Troya.

Hécuba: es la segunda esposa de Príamo, rey de Troya. Se cree que llegaron a tener desde 14 hijos, entre ellos, los más destacados: Casandra, Héctor y Paris.

Aquiles: hijo de Peleo y de la diosa Tetis, fue un héroe de la Guerra de Troya y uno de los principales protagonistas y más grandes guerreros de la Ilíada de Homero. En la célebre obra homérica, Aquiles suele ser calificado como “el de los pies ligeros”. Aquiles fue famoso también por la leyenda de que su único punto débil era el talón. Esto se explica porque al nacer, su madre Tetis le sumergió en la Laguna Estigia para darle la inmortalidad, agarrándole del talón, dejando este sin sumergir y por tanto, haciendo de este su único punto débil.
Laoconte:   era el sacerdote de Apolo Timbreo en Troya, casado con Antiopa y padre de dos hijos. Según el relato de Virgilio en la Eneida, después de que los aqueos hubieran simulado una retirada, los troyanos encontraron un caballo construido de madera en las puertas de Ilión.
Laocoonte pronuncia la famosa frase Timeo Danaos et dona ferentes (Desconfío de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos), alertando a los troyanos de que podría ser una trampa, que dentro del caballo podía haber tropas aqueas y sugirió quemarlo, pero los troyanos no le hicieron caso. Muere devorado por dos serpientes que aparecen con la misión de matarle a él y a sus hijos.

Palamedes: En la mitología griega, Palamedes de Argos, hijo de Nauplio, era un héroe de ingeniosidad proverbial.
Cuando Odiseo intentó zafarse de la obligación de acudir a la guerra de Troya fingiendo estar loco, Palamedes descubrió el engaño. En venganza, Odiseo falsificó una carta con el supuesto de que el rey de Troya, Príamo, había propuesto a Palamedes traicionar a los griegos a cambio de oro. Odiseo escondió el oro en la tienda de Palamedes y éste fue lapidado hasta la muerte por el ejército griego. Nauplio vengó la muerte de su hijo haciendo perderse a la flota griega mediante señales falsas a la vuelta de Troya.

Calcas: Calcas o Calcante fue un poderoso adivino de la mitología griega, uno de los más célebres. Actuó como augur en la guerra de Troya.
Era natural de Megara o de Micenas, nieto del dios Apolo, quien le dio el don de la profecía.
Profetizó que era necesaria la presencia de Aquiles para obtener la victoria griega en la Guerra de Troya cuando este sólo tenía nueve años.

Sinón: Sinón era un guerrero griego, primo de Ulises, que, a través de engañosas razones, persuadió a los troyanos para que introdujeran el caballo de madera en la ciudadela de Troya.
Una vez que el caballo estuvo dentro de la ciudad, Sinón, durante la noche, abrió el vientre del caballo para permitir la salida de los hombres que se encontraban en su interior y encendió una antorcha como señal luminosa para los aqueos, que se acercaban en los barcos desde la isla de Ténedos.

Casandra: era hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya. Casandra fue sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando consiguió el don de la adivinación, Casandra rechazó el amor del dios; éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos. Tiempo después, ante su anuncio repetido de la inminente caída de Troya, ningún ciudadano dio crédito a sus vaticinios.

Héctor: fue un príncipe troyano encargado, en la Guerra de Troya, de la defensa de la ciudad frente a las hostilidades de los aqueos, hasta su muerte a manos de Aquiles. Héctor era conocido como el domador de caballos.
Hijo primogénito del rey troyano Príamo y de la reina Hécuba, y hermano de Paris y Casandra. Estaba casado con Andrómaca, hija del rey de los cilicios, con quien tuvo un único hijo, Astianacte.

Andrómaca: esposa de Héctor y madre de Astianacte.

Astianax: Astianacte, llamado así por los teucros y Escamandro por su padre,  fue el hijo de Héctor y Andrómaca, y nieto del rey de Troya, Príamo. Según la tradición troyana, murió durante el saqueo de Troya.

Anquises: era el padre de Eneas, a quien tuvo en unión con la diosa Venus. Tras la Guerra de Troya, Eneas salvó a Anquises y le llevó junto a los troyanos fugitivos a Italia. Anquises murió al llegar a la ciudad siciliana de Drépano, y fue enterrado allí. Más tarde, Eneas visitó el Hades y vio de nuevo a su padre en los Campos Elíseos.

Pirro/Neoptólemo: era el hijo del guerrero Aquiles y de la princesa Deidamía.  Cuando tenía unos doce años se produjo la muerte de su padre Aquiles a manos de Paris. Entonces los héroes. Ulises y Diomedes lo llevaron hasta Troya durante los últimos días de la guerra, puesto que el adivino Calcante había augurado por mediación de Apolo, que los griegos jamás conseguirían tomar la ciudad sin la presencia del hijo de Aquiles entre sus filas. Una vez allí, para asombro de los aqueos, asesinó al hijo de Príamo y posteriormente al propio rey.

Paris: fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba. Paris fue conocido como «El de la hermosa figura». Cuando nació vaticinaron que ese niño traería consigo la destrucción de Troya, y así fue. En el juicio de Paris, se le obligó a este a elegir entre tres deidades, Hera, Atenea y Afrodita, a la más bella, y hacerle entrega de la manzana dorada de la Discordia. Paris eligió a Afrodita –Venus-, que le prometió a cambio entregarle a la mujer más bella del mundo, Helena. Con esto Hera y Atenea juraron rencor hacia él, lo que trajo consigo el desencadenamiento de la guerra de Troya.

Creusa: hija de Príamo y Hécuba. Fue la primera esposa de Eneas, a quien dio un hijo: Ascanio. En la Eneida, de Virgilio, Creusa es raptada por su suegra Afrodita tras huir de la ciudad en llamas, y aparece como una sombra ante Eneas, que había regresado a buscarla, para predecirle sus viajes y su busca de una nueva patria.

Ascanio: hijo de Eneas y Creusa. Luego de la caída de Troya, Ascanio (junto con su abuelo Anquises y su madre Creúsa) fue conducido por Eneas a las afueras de la ciudad en busca de un destino mejor.




3.   Busca alguna imagen de obras de arte antiguas o contemporáneas sobre las siguientes escenas que nos narra Virgilio en este Libro II y escribe debajo de cada ilustración los versos (entre cinco y diez líneas) del libro II de la Eneida que se correspondan lo más fielmente con la imagen.

Imagen 1: Eneas contando el relato de la caída de Troya a Dido.

(Eneas) “Mándasme ¡oh Reina! Que renueve inefables dolores, refiriéndote cómo los Dánaos asolaron las grandezas troyanas y aquel miserando reino; espantosa catástrofe, que yo presencié y en que fui gran parte. ¿Quién al narrar tales desastres; quién, ni aun cuando fuera uno de los Mirmidones o de los Dólopes, o soldado del duro Ulises, podría refrenar el llanto? Y ya la húmeda noche se precipita del cielo, y las estrellas que van declinando convidan al sueño. Mas si tanto deseo tienes de saber nuestras tristes aventuras, y de oír brevemente el supremo trance de Troya, aunque el ánimo se horroriza a su solo recuerdo y retrocede espantado, empezaré.”




Imagen 2: Construcción del caballo de madera.

“Quebrantados por la guerra y contrariados por el destino en tantos años ya pasados, los caudillos de los Griegos construyen, por arte divino de Palas, un caballo tamaño como un monte, cuyos costados forman con tablas de abeto bien ajustadas, y haciendo correr la voz de que aquello es un voto para obtener feliz regreso, consiguen que así se crea.”



Imagen 3: Caída de Troya/Incendio de Troya.

(Eneas) “Despiértome sobresaltado, y subiendo al punto a la más alta azotea, me pongo a escuchar con profunda atención, no de otra suerte cuando la llama, impelida por el furioso austro, se precipita sobre las mieses, o cuando un torrente acrecido con los raudales que bajan de los montes arrasa los campos, arrasa los lozanos sembrados, y arrebata el trabajo de los bueyes y las desgajadas selvas, aturdido el pastor escucha el impensado estrago desde la alta cima de un peñasco. Entonces conocí la traición de que éramos víctimas, y vi patente la perfidia de los Dánaos. Ya se habían derrumbado a impulso de las llamas el gran palacio de Deifobo; ya estaba ardiendo también el inmediato de Ucalegonte; los dilatados mares de Sigeo se iluminan con los resplandores del incendio.”




Imagen 4: Muerte de Laoconte (y sus hijos)

“Laoconte, designado por la suerte para sacerdote de Neptuno, estaba inmolando en aquel solemne día un corpulento toro en los altares, cuando he aquí desde la isla de Ténedos se precipitan en el mar dos serpientes (¡de recordarlo me horrorizo!), y extendiendo por las serenas aguas sus inmensas roscas, se dirigen juntas a la playa; sus erguidos pechos y sangrientas crestas sobresalen por cima de las ondas; el resto de su cuerpo se arrastra por el piélago, encrespando sus inmensos lomos, hácese en el espumoso mar un grande estruendo; ya eran llegadas a tierra; inyectados de sangre y fuego los encendidos ojos, esgrimían en las silbadoras fauces las vibrantes lenguas. Consternados con aquel espectáculo, echamos a huir; ellas, sin titubear, se lanzan juntas hacia Laoconte; primero se rodean a los cuerpos de sus dos hijos mancebos y atarazan a dentelladas sus miserables miembros; luego arrebatan al padre, que, armado de un dardo, acudía en su auxilio, y le amarran con grandes ligaduras, y aunque ceñidas ya con dos vueltas sus escamosas espaldas a la mitad de su cuerpo, y con otras dos a su cuello, todavía sobresalen por encima sus cabezas y sus erguidas cervices.”



Imagen 5: Muerte de Príamo.

“Dicho esto, disparóle el viejo un impotente dardo, incapaz de herirle, que repelido al punto por el sonoro metal, quedó inútilmente suspendido en el centro del combado broquel. Entonces Pirro: “Pues ve tú mismo a contar esto que ves a mi padre Aquiles; refiérele mis tristes proezas, dile que Neptolemo ha degenerado; pero ahora ¡muere!”. Esto diciendo, arrastra hasta el mismo pie del altar al trémulo anciano, cuyos pies resbalan en la abundante sangre de su hijo, y asiéndole del cabello con la mano izquierda, desenvaina con la diestra refulgente acero y se lo hunde en el costado hasta la empuñadura. Tal fue el fin de Príamo.”



Imagen 6: Huida de Eneas.

“Después de resbalar por la cima de nuestro palacio, vímosle esconder sus fulgores en las selvas del monte Ida, señalándonos el camino que habíamos de seguir; brilló entonces detrás de ella un largo rastro de luz y un fuerte olor de azufre se extendió por todos los sitios circunvecinos. Vencido mi padre por aquellas señales, se levanta, invoca a los dioses y adora la santa estrella. “Pronto, pronto” exclama; “no haya detención; ya os sigo y voy adonde queráis llevarme […] Cedo, pues, hijo mío, y no me opongo a acompañarte.” […] “Pronto, querido padre”, le dije, “súbete sobre mi cuello, yo te llevaré en mis hombros, y esta carga no me será pesada; suceda lo que suceda, común será el peligro, común la salvación para ambos. Mi tierno Iulo vendrá conmigo y mi esposa seguirá de lejos nuestros pasos.”




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